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lunes, 17 de febrero de 2014

SUPERNOVAS. 1 Parte

Vamos a comentar algo de las supernovas, extraído de un libro de astronomía de los años sesenta.
"Estudiaremos, por último, una clase de estrellas que se han distinguido de las novae desde la segunda década del actual siglo, y que comparten con aquellas ciertos caracteres, por la brusquedad de su aparición y su ulterior decrecimiento, pero que, al propio tiempo, difieren de ellas sensiblemente por el brillo prodigioso alcanzado en el máximo, por su enorme amplitud, extrema rareza y, finalmente, por sus caracteres espectrales, muy particulares, que les han valido ser clasificadas en una clase aparte a la que los astrónomos americanos han dedicado, desde 1930, numerosas investigaciones.
Para tratar de ellas de manera conveniente, es necesario anticipar algo del tema que desarrollaremos en los próximos capítulos. En ellos veremos que las estrellas se aglomeran en el espacio en vastas formaciones, considerablemente separadas entre sí, las cuales tienen varios miles de millones de estrellas. Nuestro sol forma parte de uno de estos universos de estrellas: la Galaxia, fuera de la cual surgen, en las profundidades del espacio, millones de otras galaxias en forma de estas magníficas nebulosas en espiral, cuya resolución en polvo de estrellas se ha logrado con los grandes telescopios modernos"...

En la galaxia de Andrómeda se han observado gran número de novae-más de un centenar en menos de quince años, desde 1917 hasta 1932-, que en todos sus caracteres parecen semejantes a las novae de nuestra galaxia, pero que, en razón de su gran alejamiento de la galaxia (Unos 2 millones de años luz ) sólo alcanzan por término medio, en el momento de su máximo  la 16 magnitud, lo cual corresponde a una magnitud absoluta próxima a una -6 m., comparable, en todo, a la  magnitud admitida para las novae normales.
Ahora bien, ya se había observado en otra ocasión una estrella temporaria en Andrómeda . Esta estrella -S, de Andrómeda- aparecida en agosto de 1885, habia alcanzado la 6 magnitud y luego disminuyó rápidamente de brillo,como una nova normal, para dejar de tener atención de los astrónomos por un tiempo. Llegó a la magnitud 16, y desapareció por completo. Pero después del descubrimiento de las novae por Ritchey en 1917, se cayó en la cuenta de que S de Andrómeda era un astro totalmente inusitado. En efecto no podia ser una nova galáctica normal. Éstas apenas exceden las 13 magnitudes. Entonces, se supo que su brillo no era de 13 magnitudes, sino mucho mayor, varias miles de veces más. Su brillo era enorme.
Continuará.

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