Translate

martes, 31 de marzo de 2015

HOY: JÚPITER Y ALGUNAS ESTRELLAS.

Me dispongo a ver el cielo, en el patio, Mi Antares,no quiere irse. No lo van a comprar,parece. Se quedará conmigo. Mañana compro a un hermano suyo ,menor, unos nuevos prismáticos, de 12 x 50. Como para estar mejo equipado. Dos prismáticos-aunque uno, algo averiado- y el telescopio, de 76 mms. 
Entonces, veo el cielo, otra vez, por unos 25 minutos. Júpiter muy bello, al Norte. Veo esta vez, tres de sus satélites. Dos al costado Oste(Este), y uno al costado, Oeste(Este). El que se halla cerca del planeta, al Oeste, esta a la misma distancia, mas o  menos, que el que se encuentra al Este, o costado derecho,para mi telescopio. Ya saben, se invierten los sentidos. El más exterior, es posiblemente Ganímedes, por ser el más brillante, y más voluminoso. Tiene 5 mil  kms de diámetro. Los noto muy bien. Luego veo con el ocular de 12,5 mms, pero por sólo un instante. Se me pierde, ya, tras el árbol del patio. Lástima, pero no tanta, porque algo vi, y muy bien, eh. 
Después, noto a Orión, con varios triángulos. Y a los "Hijos de Bath". El triángulo escaleno. Al Oeste. Una estrella doble, como dos ojitos chiquitos. Muy lindas. Dos estrellas naranjas, también. 
El cielo está azul oscuro, negruzco, pero la noche está algo tibia, aunque se estaba poniendo,algo fresco, a las diez y media de la noche. La temperatura es de  19 grados. 
¡Buenos y despejados cielos para todos y todas!. 

La Estación Astronómica Dr. Carlos Cesco cumple 50 años

Publicado en 31/03/2015

La Estación Astronómica Dr. Carlos Cesco cumple 50 años


La Estación Astronómica Dr. Carlos Ulrico Cesco, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; cumple 50 años el 31 de marzo de 2015; y es fruto del convenio más antiguo entre una universidad argentina y una norteamericana.

Breve historia de la Estación de Altura “Dr. Carlos U. Cesco”


El Dr. Dirk Brouwer, director del Depto. de Astronomía de la Universidad de Yale, pronunciando su discurso. Al fondo, el Dr. Leopoldo Bravo (Gobernador de San Juan) y Monseñor Audino Rodríguez y Olmos.
El Dr. Dirk Brouwer, director del Depto. de Astronomía de la Universidad de Yale, pronunciando su discurso. Al fondo, el Dr. Leopoldo Bravo (Gobernador de San Juan) y Monseñor Audino Rodríguez y Olmos.
La Estación Astronómica es consecuencia de la iniciativa de dos universidades norteamericanas: Yale y Columbia. A principios de la década de 1960, y “gracias a las gestiones y perseverancia del astrónomo Carlos Cesco, las universidades de Yale y Columbia se decidieron a instalar su propio observatorio en San Juan”, dijo el Lic. Carlos López, actual director del Observatorio Astronómico Félix Aguilar (OAFA). Ambas instituciones decidieron colocar en el hemisferio sur un observatorio astronómico con la idea de determinar movimientos propios absolutos de estrellas australes.
El proyecto fue liderado por los Dres. Dirk Brower, de la Universidad de Yale, y Jan Schilt, de la
El telescopio Astrográfico Doble el día de su inauguración.
El telescopio Astrográfico Doble el día de su inauguración.
Universidad de Columbia y contaron con la colaboración del Dr. Carlos Cesco del OAFA. Las instituciones norteamericanas consiguieron un subsidio de la Fundación Ford para encarar la compra del instrumental adecuado y la construcción de los edificios necesarios (cúpulas, residencia para astrónomos, biblioteca, casa para el director, etc.). El nuevo observatorio se construyó en un terreno de 40 hectáreas cedidas por los propietarios de la Estancia El Leoncito, Sres. Ricardo Ferrari y Héctor Zamarbide. El observatorio, denominado Observatorio Austral Yale – Columbia, se inauguró el 31 de marzo de 1965.
En 1973 la Universidad de Columbia se retiró del proyecto y luego de un convenio firmado en 1974, la recientemente creada Universidad Nacional de San Juan, tomó participación activa en el observatorio, que a partir de ese momento comenzó a llamarse Proyecto Yale – San Juan y el observatorio adoptó el nombre de Estación Astronómica de Altura El Leoncito. Por su parte, la Universidad de Yale, y a los efectos de agilizar la obtención de fondos de la US National Foundation, creó el Yale Southern Observatory, que a partir de 1975 -y hasta la fecha-, es presidido por el Dr. William van Altena.
En marzo de 1990, al cumplir los 25 años, y a propuesta de la cámara de diputados de la provincia de San Juan, la institución cambió su nombre por el de: Estación Astronómica Dr. Carlos Cesco.
Después de años de pacientes observaciones, más de 103 millones de estrellas australes poseen
El Telescopio Astrográfico Doble en la actualidad
El Telescopio Astrográfico Doble en la actualidad
movimientos propios determinados con datos obtenidos en la Estación Astronómica Dr. Carlos Cesco, lo que representa una fuente invaluable e inagotable de información para el estudio detallado de nuestra galaxia.
Con motivo de cumplir 50 años el convenio más antiguo entre una universidad argentina y una norteamericana, Yale Southern Observatory ha decidido donar a la UNSJ todas las propiedades e instrumentos que posee en Argentina y que consisten en:
• Telescopio Astrográfico Doble (único en su tipo en todo el hemisferio sur)
• Máquinas herramientas eléctricas: torno, fresadora, sierra sinfín, cada una con sus respectivos elementos de corte.
• Edificios en el departamento Calingasta: residencia para astrónomos totalmente equipada, biblioteca, casa para el director, taller mecánico, grupo electrógeno, depósito, edificio de cúpulas y otras dependencias.
• Edificio en San Juan: casa para el director.

* Agradecemos al Lic. Carlos López el aporte de material para esta nota.

lunes, 30 de marzo de 2015

DEL BLOG "LA BITÁCORA DE GALILEO".



Canopus (Alpha Carinae), el Piloto

Publicado el 15 abril, 2012 por bitacoradegalileo
A pesar de hallarse 36 veces más alejada, brilla con la mitad de la fuerza de lo que lo hace Sirio. En un estadio evolutivo que no se sabe bien si va o si viene, en su transformación como gigante roja, la supergigante blanco-amarillenta, rara donde las haya, ocupa el segundo lugar entre las estrellas de la noche, mucho más brillante que la tercera (Alpha Centauri), aunque dista unas 72 veces más.
Una luminaria que mereció el primer lugar entre las que constituyeron la antiguaConstelación del Gran Navío Argos, y que por ello se hizo acreedora a la letra Alpha de Bayer, que conserva ahora que pertenece a la desgajadaCarina, la quilla del legendario buque de los argonautas, que sirvió para que Jasón viajara en busca del vellocino de oro, una estrella con una corona que irradia a diez veces más temperatura de la del Sol. Es Alpha Carinae, conocida como Canopus, el piloto de Menelao, la antigua ciudad portuaria del desaparecido Imperio de los Faraones, o la fachada suroriental de la Kaaba, orientada hacia el lugar donde aparece la estrella sobre el horizonte.
Menos célebre que otras estrellas como Arturo o Vega, que no brillan con tanta fuerza, esta falta de notoriedad entre los aficionados se debe, sin duda, a su posición fuertemente austral, que la hace invisible para gran parte del Hemisferio Norte. Se sitúa casi 53º por debajo del ecuador celeste, así es que nunca se hace visible en latitudes más allá de 37º norte y, particularmente en Cádiz (36º 32’ N), sólo alcanza 46′ de grado por encima del horizonte en su tránsito por el sur, prácticamente al mismo tiempo que Sirio, con la que comparte casi la misma coordenada en Ascensión Recta y, por tanto, el mismo horario de culminación.
Los efectos de la atmósfera hacen disminuir aún más estas escasas posibilidades de observación, y nunca aparece sobre el horizonte desde Canadá, la mitad norte de los Estados Unidos de América y la práctica totalidad del continente europeo. Otro tanto cabe decir de Tokyo (35º 41’ N), desde donde sólo ha sido observada bajo condiciones perfectas.
En cambio, es circumpolar desde Nueva Zelanda, el sur de Australia y de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y desde Valdivia (Chile), y es una delicia verla culminar casi en todo lo alto sobre los cielos de Buenos Aires o de Sidney, sólo 18º al sur del zénit, mientras Sirio aparece otros 18º al norte, ambas estrellas 72º por encima del horizonte dominando toda la bóveda celeste. Esto es, las dos están separadas por 36º, la mitad de su altitud sobre sus respectivos horizontes, norte y sur.
La Constelación de Carina, donde se integra, es parte como se dijo del Navío Argos, una enorme constelación descrita y catalogada por el astrónomo greco-egipcio Claudio Ptolomeo en el siglo II de nuestra era, y constaba de más de 300 estrellas, lo que da una idea de la complejidad que entrañaba su estudio. Por eso, en el siglo XVIII, Nicolas Louis de Lacaille la dividió en tres, que son las que subsisten en la actualidad, y que son Puppis (La Popa)Vela (La Vela) y la propia Carina (La Quilla).

A ésta última correspondióla parte del león, pues en ella se integran las antiguas estrellas Alpha yBeta Argus Navis, comoAlpha Carinae, que esCanopus, y Beta Carinae, llamada Miaplacidus. También se integran enCarina la fabulosa nebulosa Eta Carinae (η Ca), que envuelve a la estrella del mismo nombre, una de las más masivas que se conocen, y los deliciosos cúmulos estelares de Las Pléyades del Sur (IC 2602) y El Pesebre del Sur (NGC 2516), entre otros interesantes objetos.

Canopus, no obstante, se separa un tanto del plano ecuatorial de la Vía Láctea, nuestra galaxia, apareciendo aislada, lo que unido a su magnitud visual de -0.72 (Jim KalerSAOSKY2000 y otros) la ha convertido en una 
útil referencia desde la Antigüedad hasta los tiempos actuales, en que es utilizada con frecuencia por las naves espaciales para su orientación, como en la imagen superior, tomada por el astronautaDonald Pettit desde la ISS(Estación Espacial Internacional). En el esquema de la derecha puede verse la forma en que esta estrella ya había sido utilizada por Posidonio de Apamea desde Alejandría, en su intento de medir (de forma exitosa) la circunferencia de laTierra, 260 años antes del nacimiento de Cristo.

Esta estrella es, para la mayoría de nuestros vecinos de la galaxia (a una cierta distancia del Sistema Solar), la más brillante del cielo, toda vez que su luminosidad intrínseca es 13.300 veces mayor que la del Sol, y es la 
estrella más notable en un radio de 700 años-luz. La luminosidad de Sirio sólo equivale a la de 22 soles, y además está 36 veces más cerca, pues Canopusestá a 309 años-luz mientras que Sirio se sitúa a 8.6. Para que puedan hacerse una idea, esto es como si el Solestuviera en Madrid, Sirio en Zaragoza y Canopus en Buenos Aires. Pero si ésta última ocupara el lugar del Sol la Tierra tendría que hallarse tres veces más lejos que Plutón para tener condiciones de habitabilidad, es decir, a una distancia 117 veces mayor de lo que está.
La estrella es una rara supergigante de tipo espectral F0Ib y color blanco-amarillento, cuya temperatura superficial es de 7.280 grados Kelvin y su tamaño de 73 veces el del Sol, lo que le llevaría a ocupar un 90% de la órbita de Mercurio. Poco sabemos de este extraño tipo de estrellas, y es por eso que desconocemos el estadio evolutivo en que se encuentra Canopus, pues pudiera ser que aún se esté transformando en gigante roja, o por el contrario que esté regresando de esa fase hasta convertirse en una rara enana blanca compuesta por neón y oxígeno, como resultado de la fusión del helio primero y después del carbono de su núcleo.

Su masa podría estar entre 8 y 9 veces la masa delSol. Las estrellas cuya masa supera 9 veces la solar terminan su existencia transformándose en gigante roja y colapsando luego sobre sí mismas hasta provocar una presión insostenible en su centro que les hace explotar en el fenómeno conocido como supernova. Las estrellas algo menos masivas, que no llegan a ese valor, acaban sus días como enanas blancas rodeadas de una nebulosa planetariaformada por el material eyectado por la estrella como consecuencia de fuertes vientos estelares. Si resultara que Canopus tuviera masa suficiente, estaría en el primer caso, de evolución hacia gigante roja y su posterior explosión en supernova. Pero aún no conocemos este dato y por tanto tampoco sabemos cuál será el final de esta estrella.

Una interesante particularidad de Canopuses que posee una extraordinariamente caliente corona magnética, a semejanza de la corona solar. Pero mientras ésta sólo se hace visible con ocasión de los eclipses totales de Sol, la corona de Canopus puede detectarse a pesar de hallarse a más de 300 años-luz de distancia, porque emite rayos X y ondas de radio. La razón de esto puede estribar en que la temperatura de la corona magnética de Canopus es de unos 20 millones de grados Kelvin, diez veces más que la temperatura de la corona solar, que es de unos 2 millones. Recordemos que el Sol se halla a unos 8 minutos-luz de nosotros.

En cuanto al nombre de la estrella, es de origen incierto y hasta tres interpretaciones distintas intentan explicar su procedencia. La principal y más aceptada es la que se refiere a Canopus, jefe de pilotos de la nave de Menelao, en la que éste viajó a Troya para recuperar a Helena, que había sido raptada porParis, en el episodio que dio origen a la Guerra de Troya. A
l regreso de la expedición, el barco hizo escala en un lugar de la costa egipcia, dondeCanopus halló la muerte al ser mordido por una serpiente. Menelao mandó erigir un monumento en memoria de su amigo, en torno al cual se desarrolló la antigua ciudad deCanopus, del egipcio antiguo Kah Nub, que significa Tierra de Oro. Otros, en cambio, creen que este término proviene del color rojizo que adquiere la estrella desde este lugar, muy baja sobre el horizonte, por alteraciones producidas por la atmosférica. Una tercera versión alude a la pared sur-sureste de la Kaaba, lugar sagrado para los musulmanes, que está orientada justamente hacia el lugar por donde aparece Canopus en su orto sobre el horizonte. La palabra en árabe para designar el sur es Janub(جنوب), de donde derivaría Kanub y por fin Kanobus.
Etiquetas: 

OBSERVACIONES ESTELARES.III

Otra vez,con mis amadas estrellas. Tipo diez de la noche, empecé a hacer observaciones del cielo Norte y Oeste. Focalizo mi Antares, hacia una cierta altitud, de unos 40 grados, Oeste. Allí miro varios triángulos estelares. Algunas estrellas naranja. ¿Por qué se ven tantas naranjas?. Noto a Betelgeuse, y también a Procíón. Orión está otra vez, presente. Descubro a la altitud de unos 40 grados, y como a las once  y media de la  noche, el Triángulo de Bath. Los hijos de Bath. Un triángulo escaleno, donde en el vértice de arriba, está Kirbath; hacia abajo, Sitbath, y al costado derecho, Midbath. Son todas estrellas- hombres,hijos del Dios Bath. Asi yo imagino mi propia mitología estelar. Los tres hijos de Bath,  un héroe de las eras estelares del pasado cósmico, son tres de los siete, siendo las otras cuatro, mujeres. 
Luego noto  a la Serpiente, dentro de mi propia imaginación, claro. No la oficial. Y La Flecha, también, nombrada por mi. Unas cuatro estrellas, a las once y media, sobre los 40 grados, al Oeste. 
Asi paso una  nueva noche de observaciones, esta vez, un poco más líricas, más imaginarias,más "filosóficas". 
Buenos y despejados cielos para todos y todas. 

sábado, 28 de marzo de 2015

Posted: 27 Mar 2015 06:34 PM PDT

Si hay algo que astrónomos y cosmólogos han podido comprobar hasta la saciedad durante las últimas décadas es que, en el Universo, hay agua por todas partes. Tanta, que ha pasado de ser un bien escaso a considerarse un componente fundamental del Universo mismo.

Hay estrellas "ahí fuera" (como la descubierta en 2011 en la constelación de Perseo) que riegan, literalmente, el espacio circundante con gigantescos chorros de agua equivalentes a cien millones de veces el caudal del Amazonas por segundo. Hay agua en las enormes nubes de polvo y gas en las que las estrellas nacen, y moléculas de agua libres por todas partes, flotando a sus anchas por el espacio interestelar.

Alrededor de estrellas lejanas, existen incluso "planetas de agua", con sus superficies totalmente líquidas y en las que lo que falta es tierra firme. Y discos protoplanetarios enteros, con mundos nuevos en plena formación alrededor de estrellas jóvenes revelan, como sucede con TW Hidra, la presencia de agua suficiente como para rellenar miles de veces todos los océnos de la Tierra.

Aquí, en nuestro sistema solar, las cosas no son diferentes, y los hallazgos de enormes reservas del líquido elemento se suceden sin cesar. Qué lejos quedan los tiempos (hace apenas unas décadas) en los que pensábamos que nuestro mundo era el unico que poseía el preciado líquido sin el que la vida no sería posible.

Encelado y Ganímedes
Por supuesto, nos equivocábamos. Y las dos últimas pruebas de ese error han llegado esta misma semana en forma de nuevos hallazgos científicos: el primero, descubrir que en el gran océano subterráneo de Encelado existen chimeneas hidrotermales, como en la Tierra, algo que dispara las posibilidades de que haya vida en esa lejana luna de Saturno. A 90 grados centígrados, el agua caliente surge del fondo oceánico de Encelado y se mezcla con el agua fría, creando las condiciones y el ambiente necesarios para que prospere la vida. Aquí, en la Tierra, comunidades enteras de especies marinas viven alrededor de estas chimeneas, auténticos "oasis" de calor en medio de las gélidas e inhóspitas profundidades oceánicas. ¿Podría estar sucediendo lo mismo en esa luna de Saturno?

El segundo hallazgo, de la mano del telescopio espacial Hubble, confirma que Ganímedes, una de las mayores lunas de Júpiter, se une definitivamente al club de mundos con grandes océanos subterráneos. Y que bajo su helada superficie existe una cantidad de agua superior a la de todos los océnos terrestres juntos. Hasta cien km. de profundidad podría tener este nuevo mar extraterrestre subterráneo.

Pero estos son solo los ejemplos más recientes. Los científicos, en efecto, ya han sido capaces de encontrar agua (y mucha) congelada en el fondo de los más profundos y oscuros cráteres de la Luna, lugares en los que nunca ha llegado un rayo de Sol. Y también se han dado cuenta de que Marte, que una vez se pareció a la Tierra y tuvo sus propios mares y lagos, ha logrado conservar una parte de ese agua mezclada con otros componentes en sus polos y en las capas de terreno más próximas a su superficie. Incluso el ardiente Mercurio, el planeta más próximo al Sol y, por lo tanto, el más caliente, con temperaturas diurnas que superan los 350 grados, guarda pequeños "tesoros de agua" en el fondo de sus cráteres más profundos.

Por no hablar, claro, de asteroides y cometas, que se cuentan por millones en nuestro sistema y que contienen, como es el caso de Ceres (el mayor objeto del Cinturón de Asteroides y al que acaba de llegar la sonda Dawn), enormes cantidades de agua. Algunos investigadores creen, incluso, que el agua de nuestros mares no se formó en la Tierra, sino que fue traida hasta aquí por miles y miles de cometas que chocaron contra nuestro planeta durante el "gran bombardeo" que se produjo hace ya más de 3.000 millones de años, cuando el gigante Júpiter, buscando su órbita definitiva alrededor del Sol, desestabilizó la nube de Oort (una esfera enorme de rocas heladas que envuelve todo el Sistema Solar) y lanzó millones de cometas en todas direcciones.

El agua, pues, no es una "excepción terrestre", sino que, de una forma u otra, se encuentra a nuestro alrededor por todas partes y en abundancia. Y donde hay agua, por lo que sabemos, es muy posible que también haya vida. Hasta ahora, miles de astrónomos de todo el mundo se han esforzado en encontrar planetas extrasolares parecidos a la Tierra. Y una de las condiciones más importantes para considerarlos como buenos candidatos a albergar vida era, precisamente, que esos planetas estuvieran dentro de la "zona habitable" de sus estrellas, esto es, a la distancia precisa que permita la existencia de agua en estado líquido.

Ahora, la lista creciente de lunas con océanos subterráneos de agua líquida y muy lejos de la zona habitable, que en nuestro sistema está ocupara por la Tierra, abre nuevas posibilidades a los investigadores. El objetivo científico de encontrar vida fuera de nuestro planeta se acerca más y más a medida que vamos conociendo los mejores lugares para buscar.

En un orden más práctico de cosas, la abundancia de agua a nuestro alrededor elimina, de hecho, una de las principales barreras que existían para seguir avanzando en nuestra conquista del espacio. Y es que no es lo mismo tener que llevarse de la Tierra el agua suficiente para un viaje de varios años que abastecerse por el camino o, incluso, en el punto de destino. Los costes de una misión tripulada son enormes, y se han calculado en cerca de 100.000 dólares por cada kilogramo (de lo que sea) que queramos llevar al espacio. No tener que llevar grandes cantidades de agua desde casa hará posible construir naves más pequeñas y eficientes, más fáciles y económicas de construir y lanzar y, en definitiva, capaces de llegar más rápido y más lejos a los puntos de destino.

Con Marte en el punto de mira como próximo gran objetivo de un vuelo tripulado, y la exploración humana de asteroides con vistas a su explotación minera, la noticia de que podremos encontrar agua "ahí arriba" ha sido recibida con entusiasmo tanto por las agencias espaciales como las cada vez más numerosas empresas privadas decididas a emprender la conquista del espacio.




1.- ¿Cuál es la mayor reserva de agua del Sistema Solar?
Aunque la respuesta no es fácil, queda claro que no es el agua de la Tierra. El récord por lo que a cantidad de agua en un único mundo se refiere lo ostenta, sin duda, alguna de las lunas de Júpiter y Saturno en las que se han descubierto océanos subrerráneos. Los de Europa, Encelado y Ganímedes, por ejemplo, podrían contener, cada uno, más agua que todos los mares terrestres juntos. La mayor reserva, sin embargo, podría estar en la nube de Oort, el "hogar" de los cometas.

2.- ¿Todos los cometas llevan agua?
La mayor parte de ellos están hechos fundamentalmente (en más de un 70%) de agua en forma de hielo, mezclada con otros materiales. Se cree que los océanos terrestres se formaron tras un "bombardeo de cometas" en la juventud del Sistema Solar.

3.- ¿Y los asteroides?
Aunque no tanto como los cometas, también contienen una gran cantidad de agua y, según algunos estudios, también podrían haber contribuido al "llenado" de los mares de la Tierra.

4.- ¿Cómo podemos saber que hay agua subterránea en una luna de Júpiter o de Saturno?
Existen varios métodos para saberlo. el más directo es la espectroscopía, medir la "firma" química de los componentes del agua, aunque también nos pueden dar pistas ciertos indicadores geológicos (como la presencia de géiseres de vapor de agua en Encelado), gravitatorios o de densidad.

5.- ¿Por qué es tan caro llevar agua de la Tierra en una misión espacial?
Cualquier cosa que queramos llevar al espacio obliga a que los cohetes lanzadores sean más grandes y tengan más potencia. La razón es que el cohete y su contenido deben vencer la fuerza de atracción del planeta, y eso solo se logra si el cohete logra superar la "velocidad de escape", que en la Tierra es de 11,2 kilómetros por segundo.

6.- ¿Hay más planetas con océanos en la superficie, como en la Tierra?
La Ciencia está convencida que sí. Por eso los astrónomos buscan mundos fuera del Sistema Solar que estén en la zona habitable de sus estrellas, es decir, a la distancia correcta para que haya agua en estado líquido.

7.- ¿Podremos beber el agua de la Luna o de Marte?
Sin duda, las futuras misiones lunares o marcianas tendrán que abastecerse de agua en sus puntos de destino. Se están desarrollando técnicas cada vez mejores que permiten extraer el agua que contiene el terreno, tanto para riego como para consumo humano.

8.- ¿Cuándo exploraremos los océanos subterráneos de Europa o Encelado?
Falta aún mucho tiempo, pero ya están en proyecto misiones espaciales que "dispararán" cápsulas con instrumentos científicos a través de las capas de hielo y navegarán como pequeños submarinos, explorando esos océanos y enviando datos a la Tierra.