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jueves, 3 de julio de 2014

Posted: 02 Jul 2014 11:00 AM PDT

Algunas estrellas parecidas al Sol tienen la poco tranquilizadora costumbre de comerse planetas de tipo rocoso, como lo es la Tierra, aunque con el atenuante de que quizá aún no estaban del todo formados como tales. Estos casos de absorción se dan durante las primeras etapas de la historia de esos sistemas solares.

El equipo de Claude (Trey) Mack, de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, ha desarrollado un modelo que estima el efecto que tiene tal "dieta" en la composición química de la estrella, y lo ha usado para analizar un par de estrellas gemelas, cada una las cuales cuenta con planetas a su alrededor.

Mack, Keivan Stassun, de la Universidad Vanderbilt, Simon Schuler, de la Universidad de Tampa, en Florida, Estados Unidos, y John Norris, de la Universidad Nacional Australiana en Weston, investigaron con la nueva técnica analítica al par de estrellas binarias HD 20781 y HD 20782, cada una con planetas a su alrededor. Ambas estrellas debieron formarse a partir de la misma nube de gas y polvo y por lo tanto deberían haber comenzado con la misma composición química. Esta pareja de estrellas es la primera descubierta en que cada una de ambas estrellas cuenta con planetas propios en órbita a ella.
Las dos estrellas del par binario son estrellas de clase G, similares al Sol. Una de las dos estrellas de la pareja es orbitada muy de cerca por dos planetas del tamaño de Neptuno. La otra posee un único planeta del tamaño de Júpiter que sigue una órbita muy excéntrica. La diferencia en sus sistemas planetarios hace a las dos estrellas ideales para estudiar la conexión entre los exoplanetas y la composición química de sus respectivas estrellas.

Cuando los autores del nuevo estudio analizaron el espectro de las dos estrellas, encontraron fuertes indicios de que ambas habían absorbido material rocoso como el de la Tierra. Calcularon que, para producir tales firmas químicas, cada uno de los soles gemelos debe haber absorbido una cantidad extra de materia rocosa equivalente a entre 10 y 20 planetas con la masa de la Tierra. En concreto, la estrella con el planeta del tamaño de Júpiter, parece haberse tragado 10 masas terrestres, mientras que la estrella con los dos planetas del tamaño de Neptuno, aparenta haber absorbido 20 masas terrestres.

Acerca de cómo y por qué ocurrieron esas absorciones de planetas, los autores del estudio ofrecen una posible reconstrucción de los hechos, que en principio es la más plausible: La estrella originalmente formó planetas rocosos como la Tierra. También formó planetas gigantes gaseosos como Júpiter. Los planetas rocosos se formaron en la zona cercana a la estrella, en donde hace calor, y los gigantes gaseosos se formaron en la parte exterior del sistema planetario, en donde hace frío. Sin embargo, una vez que los gigantes gaseosos estuvieron completamente formados, comenzaron a migrar hacia el interior y entonces su gravedad empezó a influir en las órbitas de los planetas rocosos interiores, alterándolas. El tipo adecuado de alteración orbital ejercida por un gigante gaseoso contra un planeta rocoso es capaz de provocar que éste acabe cayendo a su estrella.

Si una suficiente cantidad de planetas rocosos caen en la estrella, imprimirán en ella una firma química particular que es la que los astrónomos pueden detectar.





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