Posted: 25 Sep 2014 02:19 PM PDT
Durante
décadas, los científicos han creído que las fusiones de galaxias suelen
dar lugar a la formación de galaxias elípticas. Ahora, una
investigación con el telescopio ALMA, del Observatorio Europeo Austral
(ESO), ha logrado obtener evidencias directas de que la fusión de
galaxias puede formar galaxias de disco, y que este resultado es, en
realidad, bastante común.
Según han explicado los expertos, este
sorprendente resultado podría explicar por qué hay tantas galaxias
espirales como la Vía Láctea en el universo.
Los investigadores
han conseguido este logro tras observar que la mayoría de las colisiones
de galaxias en el universo cercano -a una distancia de entre 40 y 600
millones de años luz de la Tierra- dan lugar a las denominadas galaxias
de disco. Las galaxias de disco, incluyendo las galaxias espirales como
la Vía Láctea y las galaxias lenticulares, se definen por regiones en
forma de rosca formadas por polvo y gas, y son distintas de la categoría
de galaxias elípticas.
Durante algún tiempo, fue ampliamente
aceptado que la fusión de galaxias de disco acabaría formando una
galaxia de forma elíptica. Mientras tienen lugar estas violentas
interacciones, las galaxias no sólo ganan masa a medida que se funden o
canibalizan la una a la otra, sino que también cambia su forma a través
del tiempo cósmico y, por lo tanto, cambian de tipo durante el proceso.
Simulaciones por ordenador, llevadas a cabo en la década de 1970,
predijeron que las fusiones entre dos galaxias de disco parecidas darían
lugar a una galaxia elíptica. Las simulaciones predicen que la mayoría
de las galaxias actuales son elípticas, lo cual contrasta con las
observaciones, que confirman que el 70 por ciento de las galaxias son,
de hecho, galaxias de disco. Sin embargo, las simulaciones más recientes
sugieren que las colisiones también podrían formar galaxias de disco.
EL MAYOR ESTUDIO DE GAS MOLECULAR EN GALAXIAS
Para identificar con observaciones la forma final de las galaxias
después de las fusiones, el grupo estudió la distribución de gas en 37
galaxias que se encuentran en sus etapas finales de fusión. ALMA y
varios radiotelescopios fueron utilizados para observar la emisión de
monóxido de carbono (CO), un indicador de gas molecular.
La
investigación de este equipo supone el estudio más grande de gas
molecular en galaxias llevado a cabo hasta la fecha y proporciona una
visión única de cómo podría haberse formado la Vía Láctea.
El
estudio reveló que casi la totalidad de las fusiones muestran áreas de
gas molecular en forma de rosco y, por tanto, son galaxias de disco en
formación. Tal y como explica el autor principal, Junko Ueda, "por
primera vez hay evidencia observacional sobre el hecho de que la fusión
de galaxias pueda dar lugar a galaxias de disco. Este es un paso
importante e inesperado hacia la comprensión del misterio del nacimiento
de las galaxias de disco".
Sin embargo, el científico ha
reconocido que "hay mucho por descubrir" aún. En este sentido, Ueda ha
apuntado que "hay que empezar a centrarse en la formación de estrellas
en estos discos de gas". Además, ha sugerido "mirar más lejos, hacia el
universo más distante".
"Sabemos que la mayoría de las galaxias
del universo distante también tienen discos. Sin embargo, todavía
desconocemos si las fusiones de galaxias también son responsables de
estas galaxias de disco o si se forman por gas frío que cae gradualmente
en la galaxia. Tal vez hemos encontrado un mecanismo general que se
aplica en toda la historia del Universo", ha concluido.
Pertenecientes a las redes de investigación
R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni
R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni
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