Me levanté a las cinco y media de la mañana, porque me desperté a esa hora, y vi que tenía una estrella en el Oeste. Sirio marchaba hacia su ocaso. Y más al costado, en el suroete, Canopus. Tomé mi telescopio Antares, y le eché un vistazo. Vi cinco estrellas, en arco, y una de ellas, roja. Ya caía la noche. El cielo límpido, con una agradable temperatura de verano. Las magnitudes iban descendiendo (o aumentando en su número absoluto) debido a la claridad que se ampliaba.Pudo destacar de cuarta y quinta.
Fueron unos diez o quince minutos. Pasaba por el cielo, vi luz, y subí...
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