Posted: 28 Dec 2014 09:10 AM PST
Los
tonos pastel y las delicadas texturas de esta imagen recuerdan a las
pinceladas de un artista, pero en realidad se trata de una
representación de la interacción entre el polvo interestelar y el campo
magnético de nuestra galaxia, basada en los datos obtenidos por el
satélite Planck de la ESA.
La misión Planck estudió el
firmamento entre los años 2009 y 2013 para analizar la luz más antigua
del Universo – la radiación cósmica de fondo. Esta señal está oculta
tras las emisiones de la materia difusa presente en nuestra galaxia que,
a pesar de ser un estorbo para los estudios cosmológicos, es muy
importante para comprender la formación de estrellas y otros procesos de
la Vía Láctea.
Una de las
fuentes de estas emisiones en primer plano es el polvo cósmico, un
componente menor pero fundamental del medio interestelar que impregna la
Galaxia, y la materia prima a partir de la que se forman las estrellas.
Las
nubes interestelares de polvo y gas están atravesadas por el campo
magnético de la galaxia. Los granos de polvo se orientan con su eje
mayor perpendicular a las líneas de campo, lo que provoca que su
radiación esté parcialmente ‘polarizada’ – es decir, que oscile en una
dirección preferente – y lo que a su vez hace posible estudiar sus
propiedades con los instrumentos de Planck capaces de medir la
polarización.
Los científicos de la Colaboración Planck están
estudiando las emisiones polarizadas del polvo interestelar para deducir
la estructura del campo magnético de la Vía Láctea, y analizar el papel
que jugó el magnetismo en el desarrollo de nuestra galaxia y en el
proceso de formación de estrellas.
En esta imagen la escala de
color representa la intensidad de la radiación del polvo cósmico,
dejando entrever la estructura de las nubes interestelares de nuestra
galaxia, y la textura está basada en la dirección de la luz polarizada,
lo que a su vez indica la orientación del campo magnético.
Esta
ilustración destaca la compleja relación que existe entre el campo
magnético y la estructura del medio interestelar a lo largo del plano de
la Vía Láctea. En ella se puede ver cómo las líneas de campo están más
ordenadas a lo largo del plano galáctico, donde acompañan a la
estructura espiral de nuestra galaxia. Por encima y por debajo de este
plano se distinguen pequeñas nubes en las que la estructura del campo
magnético se vuelve menos regular.
A partir de estas
observaciones y de otros estudios similares, los científicos de Planck
han descubierto que las nubes filiformes están mayoritariamente
alineadas con la dirección del campo magnético local, lo que pone de
manifiesto el fuerte papel que ha jugado el magnetismo en la evolución
de la galaxia.
Las emisiones del polvo cósmico se determinaron a
partir de una serie de observaciones realizadas por Planck a 353, 545 y
857 GHz, y la dirección del campo magnético se derivó de los datos de
polarización tomados por Planck a 353 GHz.
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lunes, 29 de diciembre de 2014
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