Posted: 30 Sep 2014 06:00 AM PDT
Los
agujeros negros son uno de los objetos más misteriosos del Universo,
una región del espacio con un campo gravitatorio tan poderoso que ni
siquiera la luz puede escapar de ellos. Si el mismo Stephen Hawking, el
astrofísico que más ha contribuido a explicar el fenómeno, puso en duda
su existencia (al menos en términos clásicos) hace unos meses, ahora lo
hacen las matemáticas.
Al menos esta es la conclusión a la que ha
llegado Laura Mersini-Houghton, investigadora en el Universidad de
Carolina del Norte-Chapel Hill, que ha demostrado matemáticamente que
los agujeros negros no pueden existir. El trabajo no solo obliga a los
científicos a reimaginar el tejido del espacio-tiempo, sino también a
repensar los orígenes del Universo. Nada menos.
«Todavía estoy en
shock», ha reconocido Mersini-Houghton. «Hemos estado estudiando este
problema durante más de 50 años y esta solución nos da mucho que
pensar», ha señalado en un comunicado emitido por la universidad.
Durante
décadas, se ha creído que los agujeros negros se forman cuando una
estrella masiva colapsa bajo su propia gravedad en un único punto en el
espacio. A su alrededor se forma una membrana invisible, conocida como
el horizonte de sucesos. Cualquier objeto que la sobrepase es engullido y
no podrá dar marcha atrás en su camino. Es el punto en el que la
atracción gravitacional de un agujero negro es tan fuerte que nada puede
escapar de él.
La razón por
la que la existencia de los agujeros negros es tan extraña es que se
enfrenta a dos teorías fundamentales del Universo que se contradicen.
Una, la teoría de la gravedad de Einstein, predice la formación de
agujeros negros, pero la otra, una ley fundamental de la teoría
cuántica, afirma que ninguna información del Universo puede desaparecer
jamás. Los esfuerzos para combinar estas dos teorías llevan a un
disparate matemático que llegó a ser conocido como la «paradoja de la
pérdida de información».
Una explosión y después, nada
En
1974, Stephen Hawking utilizó la mecánica cuántica para demostrar que
los agujeros negros emiten radiación. Desde entonces, los científicos
han detectado las huellas dactilares en el Cosmos que la muestran y se
ha realizado la identificación de los agujeros negros que existen en el
Cosmos.
Sin embargo, Mersini-Houghton ha descrito en su trabajo
un escenario completamente nuevo. Está de acuerdo con Hawking en que
cuando una estrella colapsa bajo su propia gravedad se produce
radiación. Pero en su trabajo muestra que, por el desprendimiento de
esta radiación, la estrella también arroja masa. Tanto es así que a
medida que se contrae ya no tiene la densidad para convertirse en un
agujero negro.
Antes de que se pueda formar un agujero negro, la
estrella moribunda se hincha por última vez y luego explota. De este
modo, el agujero negro nunca se forma y tampoco su horizonte de sucesos.
El mensaje principal de su trabajo es claro: no hay nada que exista
similar a un agujero negro.
El documento fue presentado
recientemente en el archivo arXiv, pero el pasado mes de junio esta
científica ya publicó en la revista 'Physics Letters B ' un estudio
aproximado a este trabajo.
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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