Resumen de Noticias G.A.B.I.E |
- La química de una de las galaxias más lejanas del universo
- Descubren supervolcanes en Marte
- Herschel ayuda a detectar señales esquivas del Universo temprano
Posted: 12 Oct 2013 06:00 PM PDT
Hace más de 12.000 millones de años, una estrella explotó, dejando de existir como tal y expulsando parte de sus restos en dos chorros gemelos a casi la velocidad de la luz. En el momento de su explosiva muerte, llegó a brillar con tanta intensidad que su resplandor fue un millón de veces mayor que el de toda su galaxia. Este destello titánico viajó a través del espacio durante 12.700 millones de años, hacia un planeta que ni siquiera existía en el momento de la explosión: nuestra Tierra.
Ahora, mediante el análisis de esa luz, unos astrónomos han tenido conocimiento de la existencia, al menos hace 12.700 millones de años, de una galaxia que por lo demás fue demasiado pequeña, tenue y lejana, incluso para poder verla con el Telescopio Espacial Hubble. De no ser por la explosión de la estrella, seguiríamos ignorando la existencia de esa galaxia. Esta estrella existió en las postrimerías de una época muy intrigante, conocida como la Era Oscura del universo. Antes del nacimiento de las primeras estrellas del universo, en éste esencialmente reinaba una oscuridad total. La estrella anunció su muerte con un fogonazo de rayos gamma (una clase de fenómeno cósmico que también se denomina GRB por sus siglas en inglés). El GRB 130606A se clasificó como un GRB largo debido a que el estallido duró más de cuatro minutos. Fue detectado por el satélite astronómico Swift de la NASA el 6 de junio. El equipo de Ryan Chornock y Edo Berger, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, las tres instituciones en Estados Unidos, rápidamente organizó observaciones de seguimiento mediante el telescopio MMT en Arizona y el Telescopio Gémini Norte, del Observatorio Nacional Estadounidense de Astronomía Óptica (NOAO por sus siglas en inglés), en la cima del Mauna Kea, Hawái. Esta rápida reacción fue crucial para detectar y estudiar el brillo remanente. El brillo remanente de un estallido de rayos gamma se produce cuando los chorros del estallido golpean al gas circundante, barriendo ese material como una máquina quitanieves, calentándolo y haciéndolo brillar. A medida que la luz del brillo remanente viaja a través de la galaxia en la que está la estrella muerta, pasa a través de nubes de gas interestelar. Los elementos químicos dentro de esas nubes absorben luz a ciertas longitudes de onda, dejando sus "huellas dactilares". Descomponiendo esa luz en un extenso y detallado "arco iris" (el espectro) los astrónomos pueden estudiar esas huellas y saber qué gases contenía la galaxia distante. Todos los elementos químicos más pesados que el hidrógeno, el helio y el litio tuvieron que ser creados por las estrellas. Como resultado, a esos elementos pesados (llamados colectivamente "metales" por los astrónomos) les tomó tiempo acumularse en cantidades detectables en el universo. La vida no podría haber existido en el universo temprano, porque elementos esenciales de la vida, como por ejemplo el carbono y el oxígeno, no existían. En su minucioso análisis químico espectrográfico, Chornock y sus colegas han determinado que la galaxia de la que surgió el estallido de rayos gamma contenía sólo alrededor de una décima parte de los metales de nuestro sistema solar. Al respecto de si una química tan pobre en metales sería capaz de sostener la vida, la valoración mayoritaria de los científicos es que no, aunque sí se considera plausible que dicha química permita la formación de planetas rocosos, más parecidos a la Tierra, Mercurio, Venus y Marte que a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Fuente Web http://grupogabie.blogspot.com/ Pertenecientes a las redes de investigación R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni Seti Home |
Posted: 12 Oct 2013 11:00 AM PDT
Hace miles de millones de años, la superficie de Marte estaba cubierta de una capa de ceniza y lava expulsada por una serie de supervolcanes, reyes de la geografía del planeta en esa época. Científicos de la NASA y el Museo de Historia Natural de Londres han llegado a esta conclusión tras descubrir varios cráteres de forma irregular, vestigios de estas gigantescas montañas, en un área marciana conocida como Arabia Terra. Según explican en la revista Nature, el hallazgo cambia la forma en la que los investigadores comprenden la evolución de la geología y el clima del Planeta rojo a lo largo de su historia.
La región de Arabia Terra es una antigua parte del planeta llena de cráteres y con grandes depósitos de materiales de grano fino superpuestos en capas de origen desconocido. Se había sugerido que estos materiales estratificados podrían haber venido de un vulcanismo explosivo, pero nunca antes se habían encontrado volcanes en la región. El mejor ejemplo de ellos es el Eden Patera. Supervolcanes es una manera coloquial de describir volcanes extremadamente grandes y explosivos, que producen más de 1.000 kilómetros cúbicos de material volcánico durante una erupción. Estos gigantes, como el existente en el Parque Nacional de Yellowstone, en el oeste de EE.UU., se diferencian de otros volcanes, como el Vesubio o el Monte Etna, porque no acumulan una gran montaña de lava alrededor de la abertura. Los supervolcanes marcianos tienen cantidades masivas de depósitos de ceniza, en lugar de la lenta erupción de lavas que conduce a levantar una montaña. «El descubrimiento de estas estructuras geológicas cambia la forma en que vemos la antigua actividad volcánica en Marte», dice Joseph Michalski, investigador en el Museo de Historia Natural de Londres y el Instituto Planetario en Tucson, Arizona. «Muchos volcanes marcianos son fácilmente reconocibles por su estructura en forma de escudo, similar a lo que vemos en Hawaii. Sin embargo, estas son formaciones relativamente jóvenes en Marte y siempre nos hemos preguntado dónde están los antiguos volcanes. Es posible que los más antiguos fueran mucho más explosivos y formaran estructuras similares a lo que hoy vemos en Arabia Terra», continúa Michalski. Los científicos creen que tiene sentido que los supervolcanes fueran comunes en el pasado de Marte, sobre todo si la antigua corteza era más delgada de lo que es ahora. Esto permitiría que el magma subiera a la superficie con mayor rapidez, antes de que pudiera liberar gases dentro de la corteza. Si en el futuro se encuentran nuevas evidencias de que los supervolcanes tenían una gran presencia en el planeta, cambiaría por completo las estimaciones de cómo la atmósfera fue formada por gases volcánicos, cómo se formaron los sedimentos de cenizas volcánicas y hasta qué punto la superficie pudo ser habitable. Los volcanes en Arabia Terra también pueden ser el origen de los depósitos de polvo visto por los rovers de la NASA en los lugares de aterrizaje Meridiani Planum y cráter Gale. Marte es el hogar del Monte Olimpo, el mayor volcán del Sistema Solar, que se eleva unos 25 kilómetros sobre el terreno. Fuente Web http://grupogabie.blogspot.com/ Pertenecientes a las redes de investigación R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni Seti Home |
Posted: 12 Oct 2013 05:00 AM PDT
El observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA), con ayuda de un telescopio de la Antártida, ha detectado por primera vez una tenue distorsión en la radiación fósil del 'Big Bang' que allana el camino para desvelar los primeros instantes de existencia del Universo.
Esta esquiva señal está relacionada con la distorsión que sufrió la primera luz del Universo en su viaje hacia la Tierra, debida a la influencia de los cúmulos de galaxias y de la materia oscura, una sustancia invisible que sólo se puede detectar de forma indirecta a través de sus perturbaciones gravitatorias. Este descubrimiento prepara el camino para detectar las ondas gravitatorias generadas durante la fase de rápida 'inflación' del Universo, en el que ya está trabajando la misión Planck de la ESA. La radiación fósil del 'Big Bang' --la Radiación Cósmica de Microondas (CMB)-- quedó grabada en el firmamento cuando el Universo tenía apenas 380.000 años. Hoy en día, 13.800 millones de años más tarde, se puede detectar como una señal electromagnética a una temperatura de apenas 2.7 grados por encima del cero absoluto, esparcida por todo el cielo. Las pequeñas variaciones de la temperatura de esta señal --del orden de unas pocas décimas de millonésima de grado-- desvelan fluctuaciones en la densidad del Universo primigenio, las semillas de las estrellas y de las galaxias que vemos hoy en día. La misión Planck de la ESA presentó el mapa más detallado hasta la fecha de estas variaciones de temperatura el pasado mes de marzo. Sin embargo, la señal CMB contiene mucha más información. Una pequeña fracción de esta radiación está polarizada, como la luz que vemos con gafas polarizadas. Esta característica de la señal sigue dos patrones diferentes: los modos E y los modos B. Los modos E se descubrieron en el año 2002 gracias a un telescopio en tierra. Los modos B, sin embargo, son mucho más difíciles de detectar, pero mucho más interesantes para los cosmólogos. Estos modos se pueden generar de dos formas diferentes. La primera está relacionada con la distorsión de la luz cuando atraviesa el Universo, debida a la influencia de las galaxias y de la materia oscura, un efecto conocido como lentes gravitatorias. Los orígenes de la segunda están ligados a una fase muy rápida de expansión del Universo, que se piensa que tuvo lugar apenas una fracción de segundo después del 'Big Bang', y que se conoce con el nombre de inflación. Un nuevo estudio ha combinado los datos obtenidos por el Telescopio del Polo Sur y por el observatorio espacial Herschel para detectar por primera vez la polarización de modo B de la señal CMB debida a las lentes gravitatorias. "Se ha logrado medir esta característica de la radiación gracias a una ingeniosa combinación de las observaciones realizadas desde tierra por el Telescopio del Polo Sur, que recogió la luz del 'Big Bang', y de las observaciones realizadas desde el espacio por Herschel, que es capaz de detectar las galaxias en las que la materia oscura provocó lentes gravitatorias", ha explicado uno de los autores del trabajo, Joaquín Vieira. Fuente Web http://grupogabie.blogspot.com/ Pertenecientes a las redes de investigación R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni Seti Home |
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