Posted: 02 Jul 2014 11:00 AM PDT
Algunas
estrellas parecidas al Sol tienen la poco tranquilizadora costumbre de
comerse planetas de tipo rocoso, como lo es la Tierra, aunque con el
atenuante de que quizá aún no estaban del todo formados como tales.
Estos casos de absorción se dan durante las primeras etapas de la
historia de esos sistemas solares.
El equipo de Claude (Trey)
Mack, de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, Estados
Unidos, ha desarrollado un modelo que estima el efecto que tiene tal
"dieta" en la composición química de la estrella, y lo ha usado para
analizar un par de estrellas gemelas, cada una las cuales cuenta con
planetas a su alrededor.
Mack, Keivan Stassun, de la Universidad
Vanderbilt, Simon Schuler, de la Universidad de Tampa, en Florida,
Estados Unidos, y John Norris, de la Universidad Nacional Australiana en
Weston, investigaron con la nueva técnica analítica al par de estrellas
binarias HD 20781 y HD 20782, cada una con planetas a su alrededor.
Ambas estrellas debieron formarse a partir de la misma nube de gas y
polvo y por lo tanto deberían haber comenzado con la misma composición
química. Esta pareja de estrellas es la primera descubierta en que cada
una de ambas estrellas cuenta con planetas propios en órbita a ella.
Las
dos estrellas del par binario son estrellas de clase G, similares al
Sol. Una de las dos estrellas de la pareja es orbitada muy de cerca por
dos planetas del tamaño de Neptuno. La otra posee un único planeta del
tamaño de Júpiter que sigue una órbita muy excéntrica. La diferencia en
sus sistemas planetarios hace a las dos estrellas ideales para estudiar
la conexión entre los exoplanetas y la composición química de sus
respectivas estrellas.
Cuando los autores del nuevo estudio
analizaron el espectro de las dos estrellas, encontraron fuertes
indicios de que ambas habían absorbido material rocoso como el de la
Tierra. Calcularon que, para producir tales firmas químicas, cada uno de
los soles gemelos debe haber absorbido una cantidad extra de materia
rocosa equivalente a entre 10 y 20 planetas con la masa de la Tierra. En
concreto, la estrella con el planeta del tamaño de Júpiter, parece
haberse tragado 10 masas terrestres, mientras que la estrella con los
dos planetas del tamaño de Neptuno, aparenta haber absorbido 20 masas
terrestres.
Acerca de cómo y por qué ocurrieron esas absorciones
de planetas, los autores del estudio ofrecen una posible reconstrucción
de los hechos, que en principio es la más plausible: La estrella
originalmente formó planetas rocosos como la Tierra. También formó
planetas gigantes gaseosos como Júpiter. Los planetas rocosos se
formaron en la zona cercana a la estrella, en donde hace calor, y los
gigantes gaseosos se formaron en la parte exterior del sistema
planetario, en donde hace frío. Sin embargo, una vez que los gigantes
gaseosos estuvieron completamente formados, comenzaron a migrar hacia el
interior y entonces su gravedad empezó a influir en las órbitas de los
planetas rocosos interiores, alterándolas. El tipo adecuado de
alteración orbital ejercida por un gigante gaseoso contra un planeta
rocoso es capaz de provocar que éste acabe cayendo a su estrella.
Si
una suficiente cantidad de planetas rocosos caen en la estrella,
imprimirán en ella una firma química particular que es la que los
astrónomos pueden detectar.
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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