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lunes, 2 de diciembre de 2013

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Resumen de Noticias G.A.B.I.E


Posted: 01 Dec 2013 04:00 PM PST
Un grupo de investigadores de Reino Unido y Australia han dado con una nueva forma de medir los objetos más fríos del Universo, conocidos como Condensados de Bose-Einstein (BEC), a los cuales un solo fotón puede calentar y destruir, utilizando un filtro para anular los daños causados por los rayos de luz que normalmente se utilizan para medirlos, según publica 'New Journal of Physics'.

El filtro no sólo puede crear una mejor estimación del estado de BEC, quitando el "ruido" de las medidas, sino que también es capaz de utilizar estas mediciones para la retroalimentación de forma activa de los BEC y eliminar parte del calentamiento en base a lo que ya se ha observado.

Se espera que una vez que esta teoría se realice de forma experimental, los investigadores sean capaces de reunir mucha más información sobre los BEC y extender su uso en la ciencia fundamental, como en los láseres de átomos para medir con precisión la gravedad y en modelos para el estudio de la emisión de radiación de Hawking desde los agujeros negros.

En el futuro, también pueden ser usados por los militares para detectar submarinos, tanques subterráneos y otras amenazas. El autor principal del estudio, Michael Hush, de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, explica: "Es como tratar de comprobar si su refrigerador está todavía trabajando, pero no querer dejar escapar el aire frío al abrir la puerta".

"La más pequeña cantidad de calor puede destruir un BEC. Investigadores han demostrado que es posible obtener imágenes de un BEC de forma no destructiva por una cantidad limitada de tiempo, pero nuestro trabajo permitirá obtener imágenes de mucho, mucho tiempo, posiblemente de forma indefinida", agrega este experto.

BEC son un grupo de átomos que se enfrían hasta los 100 nanoKelvin sobre el cero absoluto. A esta temperatura, los átomos pierden su identidad individual y se comportan como una sola entidad macroscópica, casi como un superátomo. Debido a los BEC son extremadamente fríos, tienen muy poco "ruido" asociados con ellos, por lo que son ideales para la investigación de la física que involucra átomos, como sondear la estructura atómica, ya que exhiben muy poca interferencia.

La mejor manera de medir un BEC es usar luz sin resonancia, la cual tiende a rebotar en los átomos en vez de ser absorbida, como sucede cuando se utiliza luz resonante. La luz no resonante tiene una longitud de onda muy diferente a la que, naturalmente, sería absorbida y emitida por los átomos, de modo que no perturban el BEC tanto como la luz resonante y hace que sea mucho más fácil de medir.

Sin embargo, la luz no resonante puede causar algunas emisiones espontáneas, que inducen a dar calor y pueden destruir un BEC, por lo que los investigadores desarrollaron un filtro y una retroalimentación para controlar este efecto de calentamiento, dando como resultado un enfriamiento neto de BEC.

"Hemos creado esencialmente una ventana para mirar en el frigorífico más frío del mundo. Mirando a través de esta ventana, esperamos que los científicos potencialmente puedan ver los fenómenos que antes eran inaccesibles relacionados con BEC y empezar a darse cuenta de sus posibles aplicaciones", resume Hush.




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Posted: 01 Dec 2013 10:00 AM PST
Situada a tan solo unos 160.000 años luz de la Tierra en la constelacion de Dorado (El Pez Espada), la Gran Nube de Magallanes es una de las galaxias más cercanas a la nuestra. Astrónomos han utilizado el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, para explorar una de sus regiones menos conocidas, la Nebulosa de Cabeza de Dragón, donde, comos se aprecia en la nueva imagen, pueden verse nubes de gas y polvo en las que se forman nuevas estrellas calientes, esculpiendo su entorno con extrañas formas. Pero además, la foto nos muestra los efectos de la muerte estelar, unos filamentos creados por una explosión de supernova.

Se trata de una nebulosa de emisión, consistente en nubes de gas que brillan debido a la energética radiación que emana de las estrellas jóvenes. Esta radiación arranca electrones de los átomos de gas que, finalmente, se recombinan con otros átomos y emiten luz. Mezclados con el gas, aparecen oscuros grumos de polvo que, más que emitir luz, la absorben, creando sinuosos caminos y oscuras formas en la nebulosa.

Las formas filamentosas a la izquierda de la imagen no son el resultado del nacimiento de estrellas, sino de su muerte. Fueron creadas por uno de los eventos más violentos que pueden darse en el universo: una explosión de supernova. Estas explosiones son tan brillantes que, a menudo, durante un corto periodo de tiempo, iluminan toda la galaxia que las aloja antes de debilitarse y hacerse menos visibles durante semanas o meses.

Mirando esta imagen puede parecer difícil hacernos una idea del verdadero tamaño de estas nubes, de varios cientos de años luz. La Gran Nube de Magallanes es enorme, pero comparada con nuestra galaxia es muy modesta en cuanto a su extensión, alcanzando tan solo 14.000 años luz, unas diez veces más pequeña que la Vía Láctea.




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Posted: 01 Dec 2013 04:00 AM PST
El campo magnético terrestre es fundamental para la vida en el planeta, ya que desvía el peligroso bombardeo de partículas cargadas y radiación procedente del Sol y del espacio profundo. Pero varias misiones científicas desde 1980 han demostrado que este escudo se está debilitando, lo que podría ser un indicio de que los polos norte y sur magnéticos han comenzado el proceso de inversión, algo que ha ocurrido en múltiples ocasiones a lo largo de la historia de la Tierra. De hecho, nuestros primeros antepasados ya lo vivieron, claro que entonces no tenían ni teléfonos móviles ni GPS ni brújulas que se volvieran locas para darse cuenta que que algo extraño estaba sucediendo.

Aunque se tarda normalmente miles de años en completar estas inversiones, si el campo magnético se debilitara más podría dejarse notar afectando a los satélites en órbita y al suministro y los sistemas eléctricos en tierra. La Agencia Espacial Europa (ESA) explica en un vídeo (sobre estas líneas) qué ocurriría si se produjera una inversión completa, algo que «es posible», dicen. «Ocurrió hace 780.000 años, pero los hombres de las cavernas no tenían redes de telefonía móvil, de GPS o suministros de electricidad», apunta la ESA. Si se produjera una inversión de los polos, todos esos sistemas de los que nuestras sociedades tan tecnificadas dependen terriblemente podrían sufrir serios daños. «¿Nos encontraremos a nosotros mismos de vuelta a la Edad de Piedra?», se pregunta el narrador del vídeo quizás desde un punto de vista algo catastrofista.


Misión Swarm

La agencia espacial puso en órbita el pasado día 22 la misión Swarm, integrada por tres satélites, que monitorizará durante cuatro años el campo magnético terrestre, desde las profundidades del interior de nuestro planeta a las capas superiores de su atmósfera.

Los satélites Swarm proporcionarán gran cantidad de información sobre el funcionamiento del escudo magnético. Los dos satélites que están más abajo volarán en formación, en pareja, separados unos 150 Km (10 segundos) sobre el ecuador y a una altitud inicial de 460 Km, mientras que el satélite superior se elevará hasta ocupar una órbita a 530 km de altitud. Tomarán medidas precisas para evaluar el debilitamiento actual del campo magnético, y averiguar si contribuye al cambio global.




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