Durante mas o menos 45 minutos, veo a Júpiter, con mi telescopio Antares, por tercera vez, en este año, y primera en la cuarentena ante la inédita situación del país, y el mundo por el tenáz avance del coronavirus. Miles y miles de infectados en Argentina, y muchos más, en todo el mundo. Toques de quedas.
Son las cuatro y media de la matina. Saco a mi Antares, y uso dos oculares. El de más uso, suele ser el de 20 mms. Maniobro bien,pero veo al gigante luego de unos 20 minutos de trabajo, durante un minuto,mas o menos. De colores rojo, y blanco espumoso, con algo de difusidad.Puntualmente, como una esferita pequeña, sin ningún satélite. Muevo el tubo. Para arriba y para abajo. Me acompaña, un clásico mate argentino, y tres gatos, que merodeaban en la madrugada. Llevo ya, varios minutos. Intengo ver más arriba a Saturno. No lo logro nunca, en esta noche-madrugada. Son las cinco y cuarto. Templado, el tiempo. Noche cerrada. Sin nubes. La Cruz del Sur, y Alfa Centauro. Me parece que veo al norte, a Altair. Hay que preguntarle a algunos de los dos Garcia, astrónomos; o Walter, o Jaime.Mientras tanto, continuo viendo el cielo. Sólo intento algo más, para luego, ya, por ahora, darme por vencido. Fue lindo.Vale decir que intente usar el barlow y el filtro para planetas...ambos sin éxito. Resulta tarea difícil. Siempre lo es, este menester astronómico. Es para perseverantes y apasionados. No lo recomiendo para gente que no ame el cielo y los astros. Mejor jueguen al tenis,o al fútbol. Pero yo no hago más eso. ¡Me regocijo con el cielo y los planetas!
¡Buenos y despejados cielos para todos y todas!
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