Con gran beneplácito, alegría, pude tener anoche, gracias al aporte técnico de Gabriel, miembro de nuestro grupo El Firmamento,nuevamente listo para observar, a mi telescopio Antares, cerca ya de cumplir sus primeros seis años de vida activa.
El arreglo consistió en la colocación de un tronillo en el trípode para su sustentación. No faltaron las empanadas de carne y choclo, para los tres, Gabriel, el experto; Alejandro, otro de mis amigos, y quien suscribe este blog. La noche pasó en mas de cinco horas, de charlas amenas, con una coca cola de por medio.Los muchachos se fueron, y ya eran las tres de la madrugada. Me acosté, pero a las cinco arriba. Estaban ya, Júpiter y Saturno, y Antares,preparados preparados para ser "extrenados" por ahora,la buena salud de Antares, mi telescopio.Siendo así, me abrigué, y lo saque al patio. Al jardín, ya que el piso de cemento, se hallaba ocupado por el auto de Macarena, la vecina que le alquilo el lugar para el mismo.
No pasaron mas de veinte segundos, y...¡ahi estaba el gigante gaseoso! Bkanco, esbelto, con un poco de luz roja. Pero nítido,con tres de sus satélites. El más alejado, y brillante, Ganímedes, esa órbita. Dos a los costados, menos luminosos.Lo vi, con dos oculares; el de 20 mms,y el de 12,5. Fueron tres sesiones de diez o quince segundos cada una. Con espacios de quince a veinte minutos ,entre cada una, sin ver al planeta, pero si, logrando observar una danza de estrellas, como tres o cuatro por campo-como solia decir mi papá,bioquimico, en los años en que usaba su microscopio, primo del telescopio, para mirar lo prqueño, lo muy chico, los microbios y glóbulos de la sangre. Las estrellas vistas entre cada sesión jupitereana, eran de color acul-celeste, y de magnitudes entre tres cuatro y cinco. Alguna, capaz, de dos. Antares de Esccorpio, se la vio, roja, en algunas oportunidades Y no supe darme muy bien, cuenta, de si vi, o no, Saturno. Creo que si vi al anillado. Ocurre que la madrugada atenua mucho su brillo, por el aumeto progresivo de la claridad del amanecer, y de esta manera, pudo pasar inadvertido, quizás,el detalle de su anillo. Eso si, vi una "estrella" bien brillante. ¿Pudo ser Saturno?.. A gran altura, eh Lo cierto es que me tomé un café, muy cómodamente, mientras miraba con Proción, ¿quien es?..y...amigos, mi prismático, de 12 x 50. La madrugada empezaba a cambiar en amanenecer,lentamente. Ya, mi "hijo" Antares, debido a su reciente convalecencia, me pidió ir a dormir,porque se hallaba algo cansado. Claro, después de su operación por parte de Gabriel, tenia que cuidarse un poco.Jaa! Entonces admiré algunas estrellas más, y me dispuse a entrarlo a la pieza informática, y asi, terminar la velada del seis de abril, de 2019. A las seis menos veinte de la matina. Una hora y 40 todo el tiempo de estudio. Magnifica noche Bella. Con Júpiter y Antares. El telescopio, y la estrella de Escorpio. Ah, el gigante se halló todo el tiempo, en la conestación nombrada. Con ofiuco, cerca. Y a una altura de unos 70 grados Norte. Noroeste. Bien alto. Y sin nubes, el cielo. Con buen seeing. Sin viento. Algo cálido.Una noche hermosas. Digna de empezar con Antares, este año, una nueva travesía cósmica.
¡Buenos y despejados cielos para todos!
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