Unos
meses después de la recuperación de Ceres, es decir, del su
descubrimiento por parte de Giussepe Piazzi, el 28 de marzo de 1802,
Olbers, encontraba otro objeto de características parecidas, pero con
inclinación y excentricidad mayores, dos días después estaba seguro de
que se hallaba ante un nuevo planeta,al que denominó Palas,pues observó
que se desplazaba respecto a las estrellas de fondo. El 4 de abril,
Zach, confirmó el descubrimientode Olbers y extendió la noticia que fue
enseguida aceptada por la mayoría de astrónomos europeos. Para tratar de
comprobar la Ley de Bode-Titius, cuyo fundamento físico,aunque
desconocido, lo había sido puesto en duda, con la presencia, de dos
cuerpos en lugar de uno. Olbers propuso que Ceres y Palas eran trozos de
un planeta mayor que se había fragmentado por fuerzas internas o por
un impacto. La consecuencia inmediata de la teoría de Olbers fue que
podrían existir más objetos entre las órbitas de Marte y Júpiter aún por
descubrir. Asi, Harding, tras constantes observaciones de la región del
firmamento donde se cruzan las órbitas de Ceres y Palas, terminó por
encontrar a Juno el 2 de septiembre de 1804.
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